Cuando el sueño americano se convierte en pesadilla, la epopeya del héroe se torna fuertemente en drama siniestro. A menudo sólo es una cuestión de milímetros. El Tucker Torpedo es el arquetipo de esta clase de catástrofes. ¡Y si la historia es suficientemente espectacular y conmovedora como para proporcionar a Hollywood el argumento de una gran película!
Las historias de los destinos humanos no tienen límites. Pero deben ante todo ser verdaderos, auténticas, pues ya se sabe que nada es más apasionante que lo que ocurre en la vida real.
Increíble pero cierta, así es la historia de Preston Tucker. Este nuevo la idea descabellada, a mediados de la década de 1940, de lanzar un desafió a los Big Three de Detroit: General Motors, Ford y Chrysler. Dirigió su ataque por medio de un automóvil totalmente inédito hasta entonces para los americanos.
Un motor boxer de 5,5 litros refrigerado por agua (procedente, de hecho, de un helicóptero) estaba instalado detrás: la carrocería aerodinámica ofrecía un espacio gigantesco; las puertas que se habrían hasta el techo y el faro suplementario reinando sobre el revestimiento del radiador daban un porte especial al conjunto.
Un coeficiente de resistencia al aire sensacional, de 0,30 solamente, y una velocidad máxima más sensacional todavía de 195 km/h, representaban unas buenas prestaciones. Soluciones de seguridad como un chasis cónico que partía hacia adelante y hacia atrás, una cabina de pasajeros especialmente resistente y un parabrisas que saltaba por sí solo fuera del coche en caso de colisión, se unían a unos rellenos de protección inéditos en las puertas y el cuadro de mandos.
Tucker, self-made man como sólo los rebeos del otro lado del Atlántico permiten imaginar, había tenido una formación de ingeniero. Este autodidacto técnico fue repentinamente asaltado por la idea fija de producir una revolución automovilista dentro de la producción masiva americana. Tucker no tenia capital, pero si ideas. Y también la audiencia de sacar el dinero de los bolsillos de los inversores, especialmente los pequeños, y de los concesionarios potenciales con Tucker con métodos no siempre muy limpios.
Con ayuda de imágenes de prospectos falsificados y con la afirmación absolutamente inventada de que los primeros prototipos de su Torpedo ya se estaban realizando las pruebas. Tucker acumuló en 1947 unos 25 millones de dólares. Alquilo un gigantesco hangar para aviones, empezó la producción y naufragó…
Naufragó porque este hombre autoritario sabía como nadie hacerse enemigos y porque su empresa en perpetuas dificultades financieras proporcionaba suficiente de ataque a la envidia. Después de que se fabricasen 37 unidades del Torpedo. Tucker se sintió acabado. Cincuenta años después, Hollywood le dedico una película que se titulaba Tucker. Un hombre y un sueño…
Este media 5,56 mm de largo, 2,01 mm de ancho y 1,52 mm de alto. Pesa 1.918 kg. La velocidad máxima es de 195 km/h y acelera de 0 a 100 km/h en 10,5 segundos.
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Originally posted 2011-11-19 19:32:59.
