En 1910, unos industriales milaneses fundaron la Anónima Lambarda Fabrica Automobili (ALFA). La nueva firma se hizo con una vieja fabrica que montaba coches Darracq bajo licencia e inicio sus propios diseños y su participación en competiciones de la mano del brillante ingeniero Giuseppe Merosi.
Tras cinco años de apuros económicos y con la empresa en bancarrota, un industrial napolitano, Nicola Romeo, compro la fábrica del Portello, en las afueras de Milán, y dedico los esfuerzos de los 2500 obreros a construir material bélico. Parecía que la historia de los coches Alfa iba a acabar con la guerra, pero en la década de 1920 llegaron dos hombres que marcaron el destino de, ahora ya, Alfa Romeo: el piloto de pruebas y posterior director del departamento de competición, Enzo Ferrari, y el ingeniero Vittorio Jano, al que Ferrari convenció para que dejara Fiat y se uniese a el.
Los años entreguerras, con la marca en poder del gobierno italiano, que la salvo de otra quiebra, fueron los mejores. Los motores de seis y ocho cilindros diseñados por Jano barrieron en las grandes competencias internacionales con pilotos como Tazio Nuvolari o Achille Varzi, los mejores del momento, mientras, la producción de coches de serie, todos de marcado acento deportivo, iba viento en popa.
Sin embargo, la agitación social anterior al segundo conflicto bélico, en Italia, y el hundimiento de la economía acabaron con la época dorada de una marca que vio como su fábrica debía empezar a producir camiones y piezas de artillería. Tras el bombardero aliado, la factoría del Portello quedo reducida a la nada y en 1945 se reabrió para fabricar cocinas y muebles. Poco a poco, Sin embargo, Alfa Romeo renació y en las décadas de 1950 y 1960 apostó por los coches deportivos de línea refinada con los que gano un sólido prestigio.
En la década de1960 se abrió la fábrica de Arese, una pista de pruebas en Vercelli y la planta de Pomigliano, en Napoles. Los Alfa se vendían bien en Estados Unidos, debido en parte a que Dustin Hoffman conducía un Spider Duetto en El graduado, y la firma creo un departamento de competición, el Autodelta, entro de nuevo en la Formula 1 y se atrevió a fabricar el Montreal, un deportivo con un motor de ocho cilindros.
En la década de 1970 y a principios de la de 1980, sin embargo, llego otra época negra. Los conflictos laborales afectaron a la productividad, los coches, como siempre con excelentes motores, destacaban por su mala terminación.
La imagen de marca deportiva tecnológicamente avanzada, que siempre había caracterizado a Alfa Romeo, estaba por los suelos, cuando, en 1986, Fiat compro la firma, cancelo la colaboración con Nissan y dedico una inversión importante a recuperar el prestigio de la empresa, algo que empezó a conseguir con los triunfos del 155 en las carreras de turismos y, sobre todo, con el lanzamiento, en 1997, de la excelente berlina Alfa 156 y luego el 166. Ahora la firma cada vez esta mejor, destacándose del resto el increíble Brera y 8C Competizione.
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Originally posted 2011-12-04 19:45:36.