Desde siempre Bugatti ha tenido la fama de fabricar vehículos especialmente deportivos e innovadores. El 57S Atalante no es la excepción que confirma la regla. Es, además, un coche realmente soberbio.
Su carrocería no fue diseñada por ningún ilustre carrocero, sino que sale directamente de los talleres Bugatti de Molsheim. El proyecto se debe a Jean Bugatti, hijo del fundador de la empresa Ettore Bugatti.
El Tipo 57 del año 1934 se situaba en la línea de los Bugatti padre e hijo, que consistía en construir coches progresistas. Sus ocho cilindros en línea tenían al principio una cilindrada de 2,8 litros, que pronto pasaría a los 3,3 litros.
El estilo típico de los motores Bugatti, con su revestimiento anguloso en aluminio, se mantuvo en el nuevo grupo pero con bastantes retoques: los dos árboles de levas son arrastrados por un juego de piñones en el bloque trasero, que también hace funcionar la bomba de agua, la dinamo y la bomba de aceite. Un brazo oscilante hace funcionar las válvulas en vez de los pulsadores de copela, por lo que el ajuste del juego es mas sencillo.
Cuando se proyectaba el Tipo 57, Ettore Bugatti estaba muy ocupado con la puesta a punto de su automotor, por ello la mayoría de los proyectos se deben a su hijo Jean. Fue el quien equipo la parte delantera del primer prototipo del nuevo vehículo con suspensión de ballesta longitudinal independiente y con doble ballesta transversal, pero su padre no quiso avalar esta creación.
El maravilloso diseño del Atalante también es de Jean Bugatti. La fabrica de Molsheim presento sus propias creaciones de carrocería solo a partir del tipo 45. Antes, los chasis de Bugatti eran diseñados por carroceros europeos de renombre. Sin duda, el Atalante, con sus formas femenicas y ligeras, se puede comparar con las creaciones de los mejores artesanos profesionales de la chapa.
Las proporciones del Atalante son buena prueba de que gran parte de la preocupación de su diseñador se centraba en la línea de carrocería, con solo una concesión a lo largo del capot para alojar el motor de ocho cilindros en línea, por lo que los acompañantes tenían que conformarse con el espacio restante.
El resultado, sin embargo, es digno del conjunto. Tras las puertas, que se abren hacia atrás, se encuentra la cabina, de dimensiones tan generosas que hasta las personas altas pueden conducir con toda comodidad. Únicamente a la altura de los codos el Atalante resulta estrecho, pero por su maravilloso volante, con columnas de dirección cromada, se le perdona todo.
Aunque es un poco estrecho, la cabina ofrece mucho espacio para la cabeza y piernas. Solo a lo ancho se nota la escasez de espacio. Los instrumentos están situados en el centro del tablero y la columna presenta el volante al conductor como en bandeja de plata.
Este mide 3,97 mm de largo, 1,57 mm de ancho, y 1,25 mm de alto. Su peso es de aprox. 960 kg. La velocidad máxima de 195 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h en 8 segundos.
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Originally posted 2012-01-08 22:38:28.