Nunca en Renault se habían atrevido a soñar que el Dauphine (un pequeño francés con un motor de 845 cm3) llegara a conquistar el corazón de los estadounidenses, acostumbrados (como estaban) a los coches gigantes. El Floride, bautizado Caravelle para el mercado americano, tomo la herencia del Dauphine en forma de cabriolet. Una técnica confirmada, una ganancia de 7 caballos y unas líneas elegantes diseñadores por Pietro Frua sedujeron a (Madame) a primera vista.
El Renault Floride se presento como prototipo en el Salón de Ginebra de 1958. Meses después, en junio de 1959, la impaciente clientela de la marca francesa recibía el primer modelo de la serie. Los pedidos rebasaron las expectativas de los estrategas del marketing de Renault. Al principio se había previsto una capacidad de producción de 30 coches diarios, pero urgía ya crear unas 200 unidades al día, lo que representaba un aumento de casi el 700%.
Esta demanda excepcional se debía, sin duda, al hecho de que había sido presentado en Estados Unidos como el sucesor del Dauphine muy aparecido. En realidad no era exactamente así. Debajo de las líneas elegantes de la carrocería con la inconfundible firma de Pietro Frua, ciertamente se hallaba la técnica del Dauphine, pero el motor, considerado un poco débil aunque fiable y de fácil mantenimiento, había experimentado unas cuantas modificaciones.
El cuatro cilindros de unos 850 cm3 recibió unas válvulas mayores, unos tiempos de mando modificados, un cigüeñal que reposaba sobre tres palieres y una compresión de 8:1 que le otorgaba 38 caballos en vez de los 31 del grupo original. El motor y la caja de cambios de tres o cuatro velocidades se encontraban en la parte trasera del coche. Un carburador Solex invertido preparaba la mezcla.
La versión estadounidense era muy similar a los modelos comercializados en Europa. Solo se la distinguía por su nombre, Caravelle, y por su sistema eléctrico de 12 voltios, aparte de esto, eran idénticos.
Tanto en el mercado europeo como en el americano, además del Floride cabriolet, existía una versión coupe. La única diferencia era el hardtop opcional para el cabriolet y fijo en la versión coupe. Los pasajeros de atrás esta ultima versión estaban un poco apretados. El cliente que lo deseaba podía obtener un Floride a un Caravelle dotado con un embrague electromagnético Ferlec. En otoño de 1959 Renault ofreció una nueva suspensión Aerostable.
En solo tres años se vendieron más de 45.000 coches Floride y Caravelle. En 1962 Renault presento en el Salón de Ginebra el Floride S, que conoció un éxito aun mayor que sus antecesores.
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Originally posted 2012-01-14 18:30:26.