Todas las cosas llegan por tríos: la aventura del Veritas la confirma una vez más. Ernst Loof puso su talento de constructor; Lorentz Dietrich, sus conocimientos comerciales y sus dotes de organizador, y el piloto Schorsch Meier, su audiencia. El equipo dio vida a la empresa de coches deportivos Veritas. El RS fue, después de la abuela, la segunda obra de estos idealistas.
El Veritas RS vio la luz en el pequeño pueblo alemán de Hausen. Se pusieron varios ingredientes en el molino. El chasis de tubos de acero asociado a otros elementos tubulares de aleación ligera estaba atornillado a la carrocería de aluminio.
El tren de rodaje estaba dotado de una suspensión independiente delantera con ballestas transversales superiores y triángulos inferiores, así como un eje rígido con muelles semielípticos en la parte trasera. Unos amortiguadores telescópicos completaban el conjunto y frenado era por frenos de tambor hidráulicos.
A éstos su trabajo les costaba… Ciertamente, el reducido peso del coche (580 kg, aproximadamente) les facilitaba la labor. Pero la velocidad máxima de 215 km/h que permitía el motor de seis cilindros de apenas dos litros y de 125 caballos, derivado del motor de BMW 328, les imponía cierto esfuerzo para frenar la mesa en movimiento.
Además, el Veritas podía llevar dos personas, éstas no tenían problemas para irse de viaje pues el maletero contaba con espacio suficiente para lo fundamental.
Si se piensa que el nombre de Veritas lo encontraron los tres antiguos colaboradores de BMW en una botella de vino, está es un error. "Este nombre es fruto de la casualidad. Durante las negociaciones con los franceses alguien me preguntó a bocajarro cómo se llamaría el coche. No tenia la menor idea. Pero me oí a mí mismo contestar: Veritas", explico lacónicamente uno de los fundadores de la empresa: Lorentz Dietrich.
Se entiende fácilmente que los primeros años cincuenta no era el mejor momento para lanzar al mercado coches deportivos y de competición relativamente caros. Alemania estaba reconstruyéndose y el milagro económico apenas despuntaba en el horizonte.
Así que Veritas tuvo constantes problemas financieros. En 1953 la empresa paso a manos de BMW. ¿Cuantos biplazas de color plata con evocadora carrocería se construyeron? Hoy en día no se puede dar una respuesta exacta. "Quizá unos 30 ejemplares de los cuales una veintena habrán sobrevivido", supone Rolf Konen, del Registro Veritas.
Desde su debut en el Gran Premio de Suiza de 1951 hasta su última participación en el Gran Premio de Alemania de 1953 los coches de Veritas no pudieron pasar del séptimo puesto en la clasificación.
Este mide 4,21 mm de largo, 1,45 mm de ancho y 1,10 mm de alto. El peso es de 580 kg. La velocidad máxima es de 215 km/h. El salpicadero de este vehículo es de aluminio perfectamente esmerilado.
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Originally posted 2011-10-26 20:58:45.