Jaguar fue el nombre dado a una berlina SS del año 1935. En aquella época, Jaguar no existía como marca, pero en Coventry había una empresa llamada Swallow Sidecar Company que empezó construyendo sidecars y carrocerías de automóvil para chasis desnudos que regentaba un tal William Lyons, después de que su socio William Walmsey abandonara la empresa asustado por las ansias de crecimiento de Lyons.
Desde 1931, el coche deportivo vendido bajo el nombre de SS100 y con motor Standard se había convertido en un éxito en ventas, así que nadie debe sorprenderte de que Lyons, de espíritu emprendedor, se lanzara a la construcción de una berlina, el Jaguar, que ofrecía una calidad de fabricación y un confort comparables a los de un Rolls-Royce, pero a menos de un tercio de su precio.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la empresa fabrico munición, pero Lyons ya pensaba en lo que haría después del conflicto bélico, así que puso a sus ingenieros a trabajar en nuevas ideas, entre ellas un motor de seis cilindros con doble árbol de levas a la cabeza y una suspensión independiente. Estos dos ingredientes confluyeron en la primera de las obras maestras de la marca, ahora ya con el nombre de Jaguar, el roadster XK 120 de 1948.
Las prestaciones (190 km/h), su preciosa línea, su precio muy competitivo y los éxitos en competición, incluidas dos victorias en las 24HS de Le Mans, convirtieron el XK 120 en un coche de culto. Las estrellas de Hollywood se paseaban a su volante y la marca se vio obligada a construir los coches de acero y no en aluminio, como estaba previsto, para poder hacer frente a la demanda.
Jaguar derivo, a partir de entonces, su gama de dos líneas diferenciadas. Por un lado, las berlinas de lujo, cuya saga vería nacer automóviles tan fantásticos como el MKII, Por el otro, los deportivos, sector en el cual, en 1961, la firma dio su segundo gran golpe con el lanzamiento del E-Type, considerado la segunda obra maestra de Lyons.
Este vio como su marca tocaba la gloria, con cinco victorias en La Mans en los años cincuenta y la adquisición de Daimler en 1960, pero también el drama, con la muerte de su único hijo y heredero, y un incendio le destruyo la fábrica.
Tras la jubilación de Lyons, la marca fue vendida en 1972 al consorcio estatal British Leyland, lo que acarreo una caída en picado de la calidad, hasta poner de moda el dicho de los clientes de la marca compraban dos coches para poder circular con el segundo cuando el primero estaba en el taller.
A fines de 1979, Jaguar estuvo al borde de la desaparición, pero al final acabo privatizada y aletargada hasta que Ford la compro en 1990. La multinacional norteamericana le dio nueva vida y aunque compartiendo elementos mecánicos con otras marcas del grupo, en la década de los 90, Jaguar lanzo nuevos modelos, todos ellos de calidad muy satisfactoria, y empezó a compartir en segmentos inferiores con el propósito de multiplicar por diez su producción y convertirse en una empresa rentable. Ahora pertenece a Tata.
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Originally posted 2013-10-14 21:24:30.