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La estructura del Testarossa, con motor central y radiadores laterales, era un punto de partida ideal para un estudio que pusiera de relieve los principales temas de colaboración entre Pininfarina y Ferrari, una colaboración que se remonta al encuentro de Enzo Ferrari y Pinin Farina en una trattoria en 1951.
Escultura rodante, expresión formal del mito Ferrari llevado al extremo, consecuencia lógica de un proceso que se inicio en 1952 con el 212 Inter, ilustración perfecta de una escuela de diseño que privilegia la elegancia y la sobriedad y rechaza el exhibicionismo o los modelos efímeros: el Mythos que Pininfarina desvelo en el Salón de Tokio de 1989 es todo eso y mucho más.
Técnicamente, es una barquilla de dos plazas con carrocería de fibra de carbono, totalmente desmontable, construida sobre un chasis tubular Testarossa reforzado, y equipada con dos aprendices aerodinámicos móviles: un alerón trasero y un pico delantero cuyas alturas e inclinación (hasta 30 cm y 12° para el alerón), así como el desplazamiento horizontal (hasta 3 cm para el pico), se regulan en función de la velocidad, desde que alcanza los 100 km/h.
Estéticamente, el Mythos se compone de dos volúmenes separados por el cockpit que forman un trapecio vistos sobre el plano, pues la gran diferencia de distancia entre las vías delantera y trasera del Testarossa ha sido deliberadamente acentuada. Aunque construido por dos elementos distintos, el coche es un todo homogéneo gracias a la fluidez de las líneas que conectan la parte anterior y la posterior.
Las dos tomas de aire lateral forman uno de los elementos visuales más importantes, vistas tanto de perfil como el frente. El casco esta formado por dos capós que se abren hacia delante y dos puertas de apertura tradicional cuyo tirados queda disimulado en el lugar donde se juntan las puertas horizontales e inclinada de la puerta.
El gran parabrisas, muy plano, incorpora en lo alto del marco un retrovisor y en la prolongación de su base un panel bajo el que se encuentra el limpiaparabrisas. Una banda en la que se encuentran las luces traseras cruza de un lado a otro la popa, coronada por el alerón provisto de un brazo central telescópico, cuyos lados conectan con los flancos del coche. Ningún elemento decorativo rompe la armonía de los volúmenes.
El habitáculo es decididamente austero: los asientos son fijos y el pedalier regulable: la ausencia de vidrios laterales permite integrar perfectamente un traidor en el panel interior y horadar en el una profunda moldura que sirve de apoyacabezas. La instrumentación analógica ha sido reducida al mínimo estricto y los mandos están colocados en dos salientes a ambos lados del salpicadero. Este media de largo 4,30 mm y de ancho 2,11 mm.
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Originally posted 2011-11-23 22:03:36.