En BMW los motores forman parte de una larga tradición. El potente seis cilindros, tal y como se utiliza en los modelos de la Serie 7, presentaba ya unos valores seductores a principios de los años ochenta. Con el 745i, BMW lanzaba el motor turbo de 3,2 litros que, hasta el primer 750i de doce cilindros en 1987, era el primer propulsor más potente de todas las berlinas BMW.
El motor turbo de 3,2 litros era la respuesta de los muquienses al desafío lanzado por Mercedes Benz desde Stuttgart. Se estima que los BMW eran los coches más deportivos pero que, en lo que respecta al confort y a la calidad de la carrocería, se quedaban un paso por detrás de la Clase S de Mercedes Benz. Pero la ventaja de los suabos residía sobre todo en la potencia.
Los seis cilindros del BMW 735i desarrollaban, ciertamente, 218 caballos en el banco de pruebas de motores, pero en la casa Mercedes Benz de Stuttgart se montaban desde hacía ya bastante tiempo los motores V8 en las grandes berlinas.
Con una cilindrada de cinco litros, desarrollaba 240 caballos y más de 400 Nm de par. A fin de compensar esta falta de cilindrada, los bávaros recurrieron a sobrecompresión. El turbocompresor de gas de escape KKK proporciona una sobrepotencia de 0,6 bar y hace pasar la potencia del seis cilindros de 3,5 litros a 252 caballos, mientras que el par de 380 Nm aparece ya a 2.600 rpm.
De ahí que el 745i sea, por su potencia, netamente superior al 735i, que sigue disponiendo del motor atmosférico más potente con 218 caballos y 310 Nm. En velocidad máxima y en aceleración, este aumento se nota poco, al menos sobre el papel. Pero, en la práctica, el 745i se netamente más vivo gracias a su fuerza de tracción, que se manifiesta ya en los regímenes más bajos.
En Alemania el 745i fue ofrecido sólo con caja de cambios automática. Era una solución acertada, ya que el convertidor de par absorbe, en aceleración potente en régimen bajo, lo que se llama “el agujero del tubo”.
El habitáculo del 745i no sólo se caracteriza por su lujo, su elegancia y su comodidad, sino también por su silencio y su tranquilidad, inalterable por más que se expriman los 252 caballos del magnífico motor V8.
Desde que se inicio la producción en enero de 1980 hasta junio de 1986, cuando el último ejemplar salió de la cadena de montaje, 16.031 unidades habían abandonado la fábrica (una cifra de ventas destacable). El 745i resulta también interesante desde otro punto de vista: fue el primer BMW equipado con ABS de serie. En 1980, el frenado antibloqueo era aún una opción de lujo limitada únicamente a ciertos tipos de gama alta.
Este tenía de serie parabrisas térmico, la instalación del lavado del parabrisas, la dirección asistida, el cierre centralizado, cuero y piel de nogal. Mide de largo, 4,86 mm, de ancho, 1,80 mm, y de alto, 1,43 mm. Pesa 1.600 kg. Acelera de 0 a 100 km/h en 7,5 segundos.
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Originally posted 2011-10-02 20:45:59.