Jean Rédélé, apasionado pilotos de rallies y gran concesionario de Renault en París, empezó en 1955 a fabricar coches rápidos, sobre la base de Renault, equipados de una carrocería en material plástico.
Fue más tarde cuando entablo una estrecha colaboración con Régie. Renault quería, con el Alpine, crear algo similar a lo que era Porsche para Volkswagen en la época: su departamento deportivo. En la modalidad de carrera, los modelos Alpine obtuvieron grandes éxitos, lo cual no fue exactamente así en carretera.
La historia de Alpine empieza con las versiones coupe y cabriolet, basadas al principio en el 4 CV y luego en un Dauphine. Como en éstos, el motor está instalado en la parte trasera. Otra analogía con Porsche: los Alpine permanecerán fieles a esta construcción.
Con una carrocería en material plástico y un motor preparado, los Alpine tenían unas prestaciones excepcionales para le época, y los primeros modelos fueron muy notables. Una verdadera fiesta para los ojos, el cabriolet Alpine A 106 de finales de los años cincuenta contribuyó en gran manera al éxito de Rédélé y de Renault. En esta misma época, la compañía lanzó el Florida, un vehículo muy logrado.
Las versiones A 110 se sucedieron desde 1963 y son los modelos más conocidos de Alpine. Tanto su técnica como sus líneas esbeltas sedujeron a muchos aficionados. Dos coupes, un biplaza y un 2 + 2 fueron comercializados, bajo la denominación GT4 y Berlinette, a los que se añadió uno de los últimos cabriolets fabricados por la firma francesa.
El chasis correspondía, en principio, a la construcción Renault, con resortes helicoidales y un eje oscilante en la parte trasera. Pronto se modificaron los Alpine para adaptarlos a la propia concepción de la marca. Es así como fueron dotados de amortiguadores traseros especiales, en ocasiones dobles, estabilizadores y una suspensión dura más adecuada al aumentar de potencia. Equipado de este modo, el Alpine conquisto no sólo a los aficionados, sino que también entusiasmo a los especialistas.
La base técnica del A 110 era el Renault 8 de motor trasero de 1 litro, ligeramente preparado para desarrollar 48 CV frente a los 40 de la versión original. En función de las ambiciones deportivas, el A 110 fue dotado, naturalmente, de motores más potentes. Su cilindrada pronto pasó a 1,3 litros y desarrolló potencias que podían sobrepasar los 110 CV.
Los modelos que siguieron, de los cuales algunos anticipaban ya la llegada del A 310, poseían motores de 1,5 litros, siendo después equipados con el 1,6 litros del Renault 16. Todos estos motores fueron montados, por supuesto, en la parte trasera.
La producción termino definitivamente en 1994, treinta años después de que el primer Alpine A 110 saliera del mercado.
La carrocería del Alpine esta realizado con un material plástico, hecho que el chasis tubular que lleva no permite adivinar. La mejor parte de los Renault Alpine era azul, el color que identificaba a los coches de carreras franceses en las competiciones internacionales. La cabina está concebida para la conducción deportiva.
De largo mide 4,05 mm, de ancho 1,50 mm y de alto 1,20 mm. El peso en vacío es de 610 kg. La velocidad máxima es de 145 km/h y aceleraba de 0 a 100 km/h en 13 segundos.
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Originally posted 2011-10-20 21:56:08.