Quizá si no hubiera existido una señora Kaiser, el Kaiser-Darrin no se hubiera producido. En todo caso, a la comunidad de aficionados del automóvil se le propuso un cabriolet deportivo con un largo capot que aventajaba a sus competidores directos, que fueron el Cadillac 62 o el Lincoln Capri, tanto en equipamiento como en precio.
La fundación de la Kaiser-Frazer Corporation, el 23 de junio de 1945, fue el resultado de un encuentro fulgurante, pues Herny J. Kaiser y Joseph W. Frazer se habían encontrado por primera vez una semana antes. Kaiser aportaba los millones y su pasión por el automóvil; Frazer (antiguo Presidente de Willys-Overland) los conocimientos de empresa, y el estilista Howard Darrin, su talento como diseñador.
En 1951, una tempestad sobrevino en la casa Kaiser-Frazer. Darrin se había ofendido mucho con las modificaciones que se impusieron a uno de sus proyectos de limusina. Así pues, se encerró en la calma de un pequeño despacho, después de decidir crear un cabriolet deportivo que presentó Henry J. Kayser. Éste modelo poco entusiasmo, pero su esposa manifestó su emoción con estas palabras: “¡Es lo más bonito que jamás he visto!”. Así empezó la producción en serie del Kaiser-Darrin.
Este biplaza es original desde muchos puntos de vista, para empezar el mecanismo revolucionario de apertura y cierre de las dos puertas no encontró sucesor hasta décadas más tarde, cuando se diseño el BMW Z1. No eran puertas mariposa sino puertas deslizantes que desaparecían al abrirse bajo los laterales delanteros. Además, la carrocería de fibra de vidrio y la capota plegable de estilo cochecito para niño era inédita: con sus tres posiciones era polivalente.
Completamente cerrada o abierta, la capota del Darrin pasaba por clásica. Pero existía la posibilidad de poner dos de los pasajeros a cielo abierto. Este deportivo se entregaba así de origen, pero Kaiser proponía también para su Darrin un hardtop de clase. Sus constructores tenían el proyecto de equipar este deportivo con cinturones de seguridad, pero como estos tenían mala prensa: ¡la idea se propuso para más adelante!
En cuanto al rendimiento de su motor, el Kaiser-Darrin estaba muy por detrás de la competencia. El motor de seis cilindros en línea Willys ofrecía diez caballos más, gracias a otra culata, que el del motor Henry -J, pero su potencia era a pesar de todo de 90 CV. La aguja del velocímetro no pasaba de 155 km/h. Y como este carruaje costaba 3.668 dólares y era más caro que un Corvette comparable de la época, no llego a entusiasmar más que a unos pocos automovilistas.
Incluso las 50 últimas carrocerías en las que Darrin montó un motor Cadillac V8 de 286 caballos no consiguieron impedir el final prematuro de la serie, después de sólo 435 unidades y al cabo de un único año de producción. Mide 4, 65 mm de largo, 1,76 mm de ancho y 1,28 mm de alto. Pesaba 1.020 kg. De 0 a 100 km/h lo hace en 15 segundos.
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Originally posted 2011-10-11 22:01:23.