

Henry Ford sabía que si quería asegurar el porvenir y la independencia de su compañía, debía apostar por producir y vender el máximo número de coches posible, así que, dentro de su política de expansión, opto por fabricar un sólo modelo el T, con el revolucionario método de producción en cadena, y hacerlo en diferentes países para ahorrar costes de exportación.
De este modo, la empresa abrió fabricas en Inglaterra y Alemania para abastecer el floreciente mercado europeo y, como en Estados Unidos. El T y su sucesor, el Ford A, que incluso llego a fabricarse bajo licencia en la Unión Soviética, fueron modelos de gran éxito.
Después de la Segunda Guerra Mundial y mientras los estadounidenses podían permitirse el lujo de gastarse sus dólares en enormes cochazos trufados de cromados y gadgets eléctricos, la vieja Europa, hundida y empobrecida, sólo podía a aspirar a comprar automóviles de pequeño tamaño.
Ford capto perfectamente la realidad del mercado y dejo sus filiales inglesa y alemana y siguieron su propio camino, aunque compartían el ovalo azul y seguían las directrices de la casa madre de Detroit.
Aunque las gamas inglesas y alemanas de Ford eran parecidas, no coinciden y, en cualquier caso, no se parecían en nada a su hermana norteamericana. Los Ford europeos, de modesta cilindrada, eran vehículos que se ganaron pronto fama de conservadores, tanto desde el punto de vista estético como tecnológico.
Las gamas Anglia, Zephyr, Cortina o Consul tuvieron un éxito importante en Reino Unido, donde consolidaron la marca como primer fabricante del país y el primero en número de ventas, mientras que los Taunus se hicieron su hueco en el complejo mercado alemán.
Así en 1973, Ford decidió dar el espaldarazo definitivo a su filial europea creando Ford Europa con sede en Colonia (Alemania). Esta nueva empresa unifico las gamas inglesa y alemana y trabajo en la modernización de los productos. Al exitoso Escort, plurivictorioso en los Rallies, se unió, en 1976, el pequeño Fiesta, fabricado en una nueva planta en España, que supuso el debuten un Ford de la tracción delantera, a la que poco fue convirtiéndose toda la gama, comenzando por el propio Escort.
Ford Europa desarrollo entonces una gama completa de vehículos, incluidos coches de gama alta como el poco exitoso Scorpio, y fue apostando por una mejor tecnología y una mayor creatividad en el ámbito estético, como demuestra la llegada de los coches de última generación entre lo que se destacan el Ka (I y II), el Focus (I, II y III) y la segunda y tercer generación del Mondeo.
Apoyada en una excelente política deportiva, tanto en Rallies como en circuitos, Ford Europa ha conseguido renovar su imagen, y aunque sus alianzas con Nissan y Volkswagen para el desarrollo de modelos concretos no han representado un éxito importante, la firma se mantiene entre las cinco marcas más vendidas del Viejo Continente.
Información relacionada: Audi Pikes Peak Concept 2003, historia / Buick Invicta 1959, historia / Oldsmobile, historia / Fiat Marea, detalles e información / Chrysler 300 M 1998, historia
Originally posted 2013-09-19 00:16:58.