

Renault ha tenido casi siempre una gama muy completa: del pequeño R 4 hasta el coupe Sport Alpine A 610, del futurista R 16 en la época de los camiones gigantescos pasando por los bólidos de Fórmula 1. Pero, a principios de los años noventa, en Billancourt, se dieron cuenta de que no habían fabricado nunca un spider. Es por ello que desde que este vehículo fue presentado en Ginebra en 1995, todo el mundo pensó que era un proyecto. Pero Renault tenía seriamente a la vista de fabricación.
Antes del Sport Spider, Renault había presentado en 1958 el Floride, un seductor cabriolet deportivo 2+2. Además de los coches de carreras, y después de la recuperación en 1973 de Alpine, con la que Renault colaboraba desde hacía mucho tiempo, verdaderos coches deportivos salían regularmente de las fábricas de la marca. Pero todavía faltaba en la historia de la firma un dos plazas de carreras, un verdadero spider.
En 1995, cuando otras marcas ya vivan el renacimiento de los roadsters, Renault decidió crear el Sport Spider. Nadie había pensado que los directivos de Billancourt se atreverían a poner en la carretera un coche tan novedoso y desprovisto de compromisos: el chasis tubular en perfil de aluminio, rematado por una carrocería futurista en material sintético, soporta dos asientos.
Éstos están situados delante de un buen motor de 150 caballos, con cuatro cilindros en línea, extraído del Renault Clio Williams.
Un arco de seguridad emerge de este bólido desprovisto de parabrisas en sus inicios: sólo un deflector permite circular sin casco, al menos hasta los 100 km/h. El prospecto Renault compara, por otra parte, el spider con una moto, ¡lo cual no es exagerado si se piensa en la más mínima posibilidad de llevar las maletas!
La fabricación de este vehículo, que pesa exactamente 930 kilos, no está prevista para una gran serie: el fondo es de nido de abeja de propileno, las suspensiones de aluminio, el motor fundido como en Fórmula 1 (lo cual es típico de una serie limitada).
Conducir un Renault Sport Spider es hacerse notar, tanto en cuidad (suponiendo que la poca altura del vehículo lo haga visible entre el tráfico urbano) como en una carretera de montaña. El motor central está situado en posición transversal. Las ruedas traseras se sostienen mediante dobles triángulos. El spider de Renault es capaz de alcanzar los 100 km/h en menos de siete segundos.
El centro de gravedad, muy bajo, permite altas velocidades en las curvas cuando los frenos de disco ventilados, de 300 mm de diámetro, llegan a refrenar cualquier ardor.
Renault propone una versión de carreras de 175 caballos de su Sport Spider, destinada a los pilotos con ambiciones deportivas. Sin embrago, se ha aceptado un compromiso en el modelo de 1997: el coche se fabrica con un parabrisas, lo que no limita en modo alguno, sino todo lo contrario, el sorprendente placer de conducir que proporciona este pequeño francés.
De largo mide 3,80 mm, de ancho, 1,83 mm, y de alto, 1,25 mm. Pesa 930 kg. La velocidad máxima es de 215 km/h y acelera de 0 a 100 km/h en 6,9 segundos.
Otra historia de Renault: Renault Fuego (Argentina), historia
Originally posted 2014-02-17 00:53:14.