Un accidente de moto tiene la culpa de que Morgan exista. En 1909, H.F.S Morgan, un vendedor de coches y motos de Malvern Link, Inglaterra, se rompió algunos huesos al caerse de su motocicleta. Durante un largo periodo de convalecencia se encerró en su taller para, en compañía de ingeniero Stephenson-Pearch, construir un autociclo de tres ruedas.
Se trataba de un pequeño biplaza con el motor situado, sin protección alguna y completamente a la vista, en la parte delantera. La dirección era a las ruedas delanteras, pero la transmisión accionaba la única rueda posterior. El autociclo entro en producción en 1910, gano varias carreras destinadas a este tipo de inventos, permitió prosperar a la pequeña fábrica y se construyo hasta la pasada la Segunda Guerra Mundial con (como únicas indecencias en su evolución) distintos cambios de motor, siempre de mayor cilindrada.
En 1935, Morgan lanzo su primer modelo de cuatro ruedas, el 4/4 con chasis madera de fresco y carrocería de acero galvanizada. El eje delantero era un moderno sistema de suspensión de ruedas independientes, pero el trasero era un sencillo eje rígido con elásticos. Cuando Coventry-Climax dejo de suministrar motores a la marca, Morgan les compro a Vanguard y cuando esta dejo de fabricarlos, llamo a Ford para que le vendiera los suyos.
El Morgan 4/4 probablemente se seguirá fabricando igual en la actualidad, pero, en 1956, la marca tuvo más problemas de suministros.
Los fabricantes de radiadores exteriores le dijeron que ya nadie utilizaba radiadores rectos, y que, por lo tanto, los dejaron de fabricar, lo mismo le explicaron los fabricantes de faros exteriores completos. Así que Morgan curvo el radiador, empotro los faros en las aletas y dio a sus encantadores roadster la forma con la que todavía hoy salen de las artesanales líneas de montaje de la pequeña empresa.
La empresa intento lanzar un coupe cerrado de diseño moderno en los años sesenta, pero las ventas no funcionaron y la marca se dejo de inventos. Desde entonces, y de la mano de Peter Morgan, hijo del fundador de la marca, el coche se fue adaptando a las necesidades de cada momento.
Por debajo del inacabable capo del Morgan pasaron motores Ford, Fiat e incluso un ocho cilindros Rover para el Morgan Plus, lo que obligo a aumentar ligeramente la batalla. Llegaron la inyección electrónica, el catalizador y lo airbags, pero el chasis siguió siendo de madera, las ruedas de radios y la suspensión trasera por elásticos.
Lo que fue en su momento un rabiosos deportivo abierto, se ha convertido en la actualidad en un encantador descapotable de paseo, que se sigue fabricando a un pausado ritmo que asegura la supervivencia de una empresa que tiene vendida la producción de los siguientes cinco años, y que no puede, ni quiere, atender a la totalidad de la demanda.
Como dicen en Morgan, si todos los coches fabricados fueran del tipo Plus 4/4, de cuatro plazas, los tapiceros deberían hacer horas extras los sábados por la mañana, y eso, en Morgan, jamás.
El último Morgan es una evolución del concepto clásico pero con tecnología de punta. Destaca el chasis construido de aluminio en lugar de madera y las suspensiones de competición. Ahora la firma va por más y presentará en muy poco tiempo su versión hibrida del Aero 8.
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Originally posted 2011-10-20 21:24:31.